EL
AMO
Los
esclavos del siglo 21
Hay
una diferencia significativa entre nacer libre y de tajo convertirse en esclavo
a la fuerza. A poco a poco convertirse en esclavo, siervo y dador de tu amo por
mera voluntad e inducción. La primera no la quieres, la odias. La repulsas y
hasta vives y mueres con tus propias convicciones. La segunda por supuesto, tampoco
la quieres, pero te conviertes, te haces o te hacen sumiso, venerador de tu amo
y señor opresor.
Las
cadenas ya no son físicas, podríamos decir que son mentales. Los latigazos que abrían
la carne, ahora vienen en forma de alimentos. Alimentos que te atan a tu amo, y
te convierten en el nuevo esclavo. Y, la carne ya no se abre. Se abre el alma
al vivir en satisfacción como esclavo, agradecido, en autoengaño.
El
esclavo del siglo 21, vive satisfecho, esperando las dádivas, las miserias que
de vez en cuando lanza su opresor. Vive en una especie de síndrome de
Estocolmo, agradecido y deseando que su amo nunca falte, porque en su visión,
ese amo opresor es el único ser el mundo que le puede dar lo que le hicieron
pensar que nunca podría conseguir.
Alfredo
Alvarez